Esta preciosa criatura no ve ningún obstáculo para echarse una buena siesta en el santo suelo.
Me encanta ver anochecer desde la puerta de mi casa. Es un espectáculo que me deja boquiabierto.
De vez en cuando es bueno tener una cenita en un restaurante de la ciudad. La pizza aquí la hacen muy sabrosa.En esta tierra ecuatoriana no hay iglesias en todos los poblados. El domingo día 15 celebré la eucaristia en un polideportivo al que hubo que llevar todos los elementos necesarios -mesa, bancos, todo lo relativo a la eucaristía- pero el ambiente que creamos entre los presentes fue muy cercano entre los presentes.
Esta es una iglesita que conocí cuando estuve aquí hace 6 años. Entonces estaba el edificio en esqueleto, pero con la aportación de horas de trabajo y dinero, ahora es un precioso local. Curiosamente se llama "el Rancho".
El martes fui a Quito pues debía hacer gestiones para conseguir estar de manera legal en este país. Llevo dos años aquí y todavía sigo haciendo gestiones. La foto la obtuve en la salida del Coca.
Estas nubes semejan copos de algodón. A lo lejos queda la Amazonía.
Todo un mar de nubes nos contempla. ¡Precioso!
Ya se van oteando las cercanías de Quito. Montañas que llegan a alcanzar los 4.000 metros de altura. Acercándonos a Quito vemos campos cultivados. Es una zona que produce bastante, sobre todo papas (patatas) y maíz.
El Norte de Quito se nos ofrece con una gran población que habita en casitas sencillas.
Nos vamos acercando a Quito y al fondo vemos como se alinean las casas entre dos zonas montañosas.Otra visión de la ciudad. Al fondo quedan las casa que hemos visto en la foto anterior. Otra visión del gran Quito, con sus tres millones de habitantes.
Otra visión de esta ciudad, que para muchas personas es la más botita de Sudamérica.
Ya hemos llegado al aeropuerto y ahora toca recorrer 30 kilómetros en carro. Como la tierra aquí no es estable, las han cubierto con capas de cemento.Al fondo se ve el Pichincha, uno de los 19 volcanes que jalonan las tierras de Ecuador.
Casitas y más casitas van colocándose en la loma de la montaña que se ve a la izquierda.
Al fondo se ve la imagen del Panecillo. Una referencia de la Virgen, que en el Apocalipsis aparece con alas y una cadena con la que tiene preso al Diablo y que es muy querida por los ecuatorianos. Al fondo, en la ladera del monte, se amontonan las humildes casitas de los más pobres de Quito.
Pero Quito tiene edificios modernos, con estructuras muy elegantes
Este año, la familia franciscana celebramos el octavo centenario de aquella genial idea que tuvo nuestro Padre San Francisco, de celebrar en el pueblito de Greccio, la representación del primer Belén- En la entrada de nuestra curia -centro de los capuchinos en Quito- han colocado esta preciosa representacion del Belén.
De vuelta al Coca, que la realicé en un taxi de puerta a puerta, paramos en un pueblo que se llama Baeza y aquí dos preciosas muchachas nos sirvieron dos tortas con queso fundido dentro de ellas. Todavía me estoy relamiendo de semejante manjas.
Nuestra Amazonia está cosida por pozos petroleros, Aquí tienes un ejemplo.
Al otro lado de los árboles hay tres grandes mecheros, torres que expulsan gas y productos nocivos a la atmósfera, provocando enfermedades de cáncer de mama a muchas mujeres. El lugar está vallado y no se puede permanecer mucho tiempo en las cercanías, pues está fielmente custodiado.
La tarde del viernes dia 20 tuve una tarde de retiro en esta iglesia de la población llamada "3 de noviembre". Nos reunimos una chica argentina, un chico venezolano y dos chicos ecuatorianos y yo, nuestro objetivo era el descansar de tanto trajín y profundizar en nuestro ser misioneros -ellos seglares y yo religioso capuchino. Fue una bonita tarde la que realizamos entre los cinco.
Cuando salimos de la iglesia nos encontramos con este precioso atardecer, digno de contemplarlo.
A la vuelta de nuestro retiro quisimos ver, la noche nos permitía hacerlo, las llamas que expulsan los mecheros, son las luces que se observan en el centro de la fotografía.
