martes, 22 de noviembre de 2022

22 de Noviembre Preparando la manifestación para la eliminación de la violencia a la mujer y celebrando el encuentro del Vicariato

 

El viwrnes día 18 tuvimos una presentación de la campaña para la eliminación de la violencia
Este año se han producido más de 250 feminicidios en nuestro querido Ecuador, 4 de ellos en nuestra provincia de Orellana, que no llega a taner 150.000 habitantes. Realizamos una rueda de presa en la casa llama "warmikuna" (mujeres en kichwa). A lo largo de esta semana vamos realizando diversos encuentros y el día 2 realizaremos una gran marcha por las calles de la ciudad. No podemos quedarnos parados ante esta injusticia y desprecio de la vida.
Hemos creado una plataforma que reune a distintos organismos y también a nuestro Vicariato, representado en una pareja argentina -Dais y Betino-, que son abogados y voluntarios de nuestro Vicariato y que están realizando una preciosa labor de concienciación en nuestra ciudad.
Ayer, como todos los terceros lunes de mes, tuvimos el encuentro de todas las personas que colaboramos en el Vicariato -más de 80 sacerdotes, religiosos y religiosas y seglares, además de nuestro obispo emérito, Jesús Esteban Sádaba.  Comenzamos con la celebración de la eucaristia. Las palabras "ally shamushka" significan "bien venidos" en kichwa. Sobre la tumba en la que están enterrados Alejandro e Inés, se pudieron varios signos de la cultura kichwa -la espiral, pues los kichwas no conciben el tiempo en línea recta, sino en espiral - en este caso estaba realizada con granos de maiz- y la cruz, con los cuatro brazos iguales. Hoy era un día especial, pues celebrábamos los 30 años del comienzo del CEFIR -centro de formación intervicarial runa-palabra kichwa que significa indígena-. Toda la celebración fue realizada en kichwa y con todos los elementos que corresponden a la celebración con el rito kichwa. La señora que aparece arrodillada a la izquierda, está recibiendo el rito de sanación -con unas ramas, el servidor va rodeando el cuerpo de la persona y expulsando con fuerza el mal que ella pueda tener; posteriormente soplará en su cabeza, para insuflar el Espíritu en ella. Los tres jóvenes que aparecen de pie, son kichwas. El que está sentado es el sacerdote que preside la celebración y que sin ser kichwa, domina perfectamente esta lengua.
En la imagen aparecen dos jóvenes kichwas bailando. Vienen desde el fondo de la catedral y llegarán hasta el altar, donde depositarán las dos grandes hojas de plátano, con las que adornarán el altar. Lo hacen ellas, porque en la cultura kichwa son ellas las que preparan la mesa y la comida.
Ya han preparado el altar y se vuelven bailando a su lugar. El baile está acompañado del ritmo, un poco monótono pero que se va entrando hasta el fondo.
Las chicas traen el pan y el vino al altar y detrás vienen los muchachos que interpretan la melodía con las flautas, tambores y cuerno.
Las mujeres toman el pan y el vino consagrados y se disponen a dar la comunión a los presentes.
Las dos mujeres dan la comunión a los presentes mientras el grupo de músicos interpretan la melodia.
Ubaldo, el que está más cerca del micrófono, es toda una institución entre los kichwas. El es uno de los que comenzaron el CEFIR en Riobamba -en la zona andina, donde monseñor Proaño hizo tanto bien- y posteriormente lo trasladaron a Coca.









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