"Maria se levantó y partió sin demora". Este es el lema que ha sido el motivo que se ha expresado de muchas maneras a lo largo del fin de semana -de viernes a domingo-. Más de 150 jóvenes, llegados de todos los lugares de nuestra basta provincia, algunos de ellos han tenido que surcar en barca los 365 kilómetros que distan desde Nuevo Rocafuerte hasta Coca. El encuentro ha tenido diversos escenarios, el colegio -cuyo nombre recuerda a uno de los capuchinos que se entregaron por las gentes de estas tierras, monseñor Gamboa, nacido en Arruazu- y las diversos centros pastorales de Coca. Ha sido un encuentro precioso. Los jóvenes, chicos y chicas de 18 años en adelante, han compartido la alegría, la fe, la esperanza y la interculturalidad, pues eran colonos, kichwas, shuars y waoranies, y la defensa de la vida. Ellos y ellas son la esperanza de nuestra Iglesia.´Entre los misioneros nos encontrábamos gentes provenientes de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Argentina y un representante del pueblo vasco, servidor de ustedes.
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| Baile de uno de los grupos |
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Encuentro en el polideportivo del colegio
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| Formando un amplio círculo todos los presentes |
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| Otro de los bailes, interpretado por un grupo afro de nuestra provincia |
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La fiesta terminó con el rito de la luz
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Otro momento del rito de la luz
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Este es el último mural que se ha dibujado en el muro de nuestro vicariato. El rostro es de una de las niñas que promovieron un juicio para que desaparezcan los 464 mecheros -a la derecha vemos dibujados dos de ellos-. El juicio se celebró y se ganó en segunda instancia, pero no se ha apagado todavía ninguno de ellos.
Desde la lucha realizada en esperanza, hasta pronto. Un abrazo.
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