lunes, 5 de septiembre de 2022

5 DE SEPTIEMBRE YA ESTOY EN CASA

Amanecer en la vía que va de Quito a Coca
El día 2, viernes, volvía a Coca. A las cinco de la mañana, en un carro de los que se llaman de puerta a puerta y solo yo con el conductor, lo cual fue muy bonito, fuimos abriendo camino y abriéndonos al día, que se mostraba precioso y radiante.

Ya vamos de bajada. Papallacta es un pueblo pequeño pero precioso.
Después de pasar por la altura más elevada de la vía, situada a 4.000 metros de altura, pasamos por el pueblo de Papallacta, famoso por sus aguas termales. Pero no teníamos tiempo para disfrutarlas. Otra vez será.
La selva  se expresa majestuosa a lo largo de todo el recorrido. Estamos entrando en la Amazonia. 
Los montes a lo lejos nos hablan del paisaje andino que forma la columna vertebral de Ecuador.

A derecha e izquierda de la vía se va expresando el mismo paisaje: verde, verde, verde.
Aquí hay solo dos estaciones. En verano llueve todos los días y en invierno todo el día.

Al salir de casa miro muchas veces al horizonte y descubro a lo lejos la luz del sol que se despide.
Nuestra casa iluminada y las palmeras en la penumbra. ¡Precioso!

Estoy de vuelta de mis vacaciones de este año. Han sido dos semanas llenas de
encuentros con personas queridas, unas ya conocidas y queridas desde nuestros
encuentros en Bilbao y Pamplona y otras a las que he conocido ahora, pero que ya
tenían una referencia de mi persona. Es imposible expresar con palabras lo que he vivido
en Colombia. Pero la vida sigue y hay que seguir con ella a una, no como una carga, sino 
como un conjunto de oportunidades que nos llaman a  acogerlas y vivirlas.     


  

 


 

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