viernes, 14 de julio de 2023

4 de julio De excursión por Pompeya y Shusufindi

Ayer lunes las comunidades religiosas de nuestro vicariato estuvimos de dia de confraternización. Fue un día precioso en todos los sentidos. La Amazonia se nos ofrecía espléndida.

En Pompeya, una población pequeña pero con muchos recuerdos para los capuchinos, pues aquí vivieron nuestros hermanos durante muchos años, estuvimos contemplando lo que allí construyeron.

Esta casa me encantó. Está construida con cañas y me parece preciosa.
El grupo que fuimos estaba formado por 20 personas. La comida fue sencilla pero muy apetitosa. Estaba formada por un pescado de río más sabroso que la trucha, presentado como maito -envuelto en hojas de plátano y asado al fuego-.

Aqui vamos, en la buxeta -una gran furgoneta- 15 compañeros. En primera fila Juan Carlos, el conductor, ecuatoriano; Jackeline, una religiosa venezolana, y yo.

Tras la comida -aquí se dice almuerzo-, tuvimos una experiencia preciosa. Estuvimos en la laguna de Limoncocha, de dificil acceso, pero impresionante.
La laguna tiene 3,5 kms. de larga y 1 de ancha. Sus aguas presentan una gran calma. 
Fuimos en dos barcas. En esta va la mitad del grupo.
La vegetación es exuberante, formada por árboles que nunca había visto y que en muchos de ellos, hay raíces que surgen de las ramas.
Este es Paul. Un capuchino que será ordenado de sacerdote el 8 de diciembre de este año.
Hay arboles muy curiosos. Parecería que estuvieran muertos, pues sus ramas son palos y en la altura presentan unas ramas verdes.
Parece que los árboles surgen del agua, pues no se ve tierra en ningún lugar, pero la vegetación es preciosa.
De vuelta a casa nos topamos con este monstruo que justamente pasaba por el puente. 



















 



 
 

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