11 de Junio Toma de posesión por Mons. Jesus Esteban Sádaba del vicariato del Napo en la ciudad de Tena-

Altar de la catedral de Tena en el vicariato del Napo

Mons. Jesús Esteban Sádaba expresando el juramento de fidelidad al Papa y su aceptación de ser vicario apostólico del vicariato.  Jesús Esteban es un misionero capuchino de 81años, que fue el segundo obispo del vicariato de Aguarico tras la muerte de Mons. Alejandro Labaka.  

Foto de grupo. Hubo siete obispos, entre ellos el nuncio del Papa en Ecuador. 

Esta es la iglesia de san Juan Bautista. En Ecuador hay muchas iglesias pintadas de azul.

Ya vamos de salida hacia el Coca y dejamos a la derecha este puente sobre el rio Napo, que nos visitará  en nuestra ciudad del Coca.

Al fondo nos encontramos con esta montañita repleta de árboles. ¡Preciosa vista!

En mitad del camino de regreso a casa nos encontramos con este destacamento de militares. Revisan todos los vehículos que creen adecuados apara requisar alijos de drogas -coca sobre todo-. A nosotros nos vieron cara de buenos y nos molestaron lo más mínimo.

En gran parte del recorrido nos encontramos con esta vegetación tan impresionante 

Otra vista de la selva de nuestro Ecuador

Al fondo uno de los grandes monstruos que circulan por nuestras vías, dejándolas echas unos zorros.

La chocita que se ve a la derecha sirve para guarecerse de las inclemencias del tiempo, menos es nada, y para esperar al bus.

Otro monstruo que recorre nuestra vía. La verdad es que viendo circular a estos vehículos, uno se pregunta, dando gracias a Dios, ya que no al gobierno de la nación, que no se preocupa prácticamente nada de nosotros, ¡hasta qué fecha podremos circular por aquí?

Otro monstruo circulando por la vía, transportando materia inflamable. 

La vía presenta, en todo su recorrido, una circulación en doble sentido. Como ves, el ancho que deja el bus a su paso, no es ancho sino estrecho.  

Majestuosidad de los helechos en esta bendita tierra. La vista desde este lugar es impresionante. La vista se pierde en el horizonte y todo lo que se ve es bosque.

Nos habíamos estacionado en una altura y debajo de nosotros se encontraba la carretera. Adivina la largura del monstruo que circulaba por la vía.

En el lugar en el que disfrutábamos de estas preciosas vistas, nos encontramos con estas cubiertas de ruedas -aquí se llaman llantas- que estás situadas estratégicamente mirando al horizonte. 

                                   En la Amazonia se camina mucho por las vías y caminos.

A veces hasta tres horas.