Esta es una de las calles más transitadas de nuestra ciudad. Al fondo se ve un precioso cielo antes de ocultarse por la noche que está a punto de aparecer.
Aquí aparezco con uno de los misioneros seglares de los que soy acompañante. El es argentino, de la provincia de Corrientes.
En la visita al hospital me he encontrado con este joven. Le han amputado los dedos de su pie derecho, pues sin darse cuenta pisó un cable de alta tensión y su pie quedó quemado. Las muletas sobre las que se sostiene son de madera, fabricación casera. Las de aluminio cuestan 60 $ y no hay dinero para tanto. La economía que "disfruta" mucha gente de aquí, es de mantenimiento y cualquier desembolso que sobrepase este mantenimiento es impagable.
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