jueves, 16 de septiembre de 2021

15 de septiembre. Dejamos Quito para tras 380 kilómetros llegar a Coca

          Hoy toca despertar temprano. Son las 5 de la mañana y hay que hacer un largo recorrido hasta Coca.
Cuando voy a desayunar me encuentro con Dick, el guardián de la fraternidad, preparando el desayuno; un buen detalle. También me encuentro con Isabel, religiosa en Aguarico e Iñaki. Vienen a despedirnos también Germán y Paco, que me regala una preciosa pulsera, con la expresión "Paz y Bien", un detalle más de los suyos. Nos reunimos con Mario y su esposa, Azucena. Así pus, el viaje lo realizamos 5. 
    
          Partimos de una altura de 2.800 metros, en la que se encuentra Quito, y pasaremos por el punto máximo del recorrido, a 4.100 metros: Papallacta. Aquí nos sacamos alguna foto. Hace mucho frío y el viento impresiona y deja helados nuestros cuerpos. Nos encontramos a 2 horas de Quito, a 6º, pero con una impresión de muchos menos grados.

           Seguimos camino y a las 11,30 horas paramos en un mesón, aquí almorzamos un buen vaso de chocolate, delicioso, y una torta de maíz. Ambos elaborados delante de nuestros ojos, ¡precioso! Ahora hace menos frío, pero estamos a 2.500 metros y se nota. Seguimos ahora camino, pero la carretera, que hasta ahora estaba en buen estado, empieza a presentar trozos descarnados, con piedra y arenisca y los baches se van haciendo presentes cada poco rato. Pero lo que vemos a ambos lados de la carretera es hermoso: bosques enormes y cataratas que por momentos van adornando el paisaje.

            De  repente, divisamos el Reventador, envuelto entre nubes. Este es el último volcán que ha estado activo en Ecuador. Hace 30 años llegó a cubrir con polvo de lava la ciudad de Ecuador. Tras unos cuantos kilómetros llegamos a ver la gran catástrofe que asoló estas tierras el año pasado. Era el mes de febrero y se produjo un corrimiento enorme de tierras, los nativos, conocedores de las tierras en las que viven, anunciaron que volvería a ocurrir un nuevo corrimiento posteriormente y así sucedió, el mes de abril se produjo, pero esta vez la catástrofe ocurrida fue apocalíptica, pues los tubos que trasladan el petróleo desde la Amazonia hasta Esmeraldas, atravesando el país, se rompieron y más de un millón y medio de toneladas de petróleo cayeron al rio Coca, polucionando totalmente las aguas de este río, que pasando después al Napo y más tarde al Amazonas, llegaron hasta el Océano Atlántico. Los habitantes de ambos márgenes de estos ríos se quedaron absolutamente sin posibilidad de beber el agua que llevaban, de alimentarse de los peces que en ellos habitaban y sin posibilidad de bañarse en sus aguas. 
    
            Nos quedamos absortos viendo este espectáculo tan desastroso de unas montañas, formadas por materiales desprendidos de las erupciones del volcán el Reventador y que resultan ser sumamente inestables. Ahora se presentan peladas, sin ninguna vegetación. Se realizó un juicio contra los responsables de esta catástrofe, los dueños de la petrolera, pero fue en vano. Salieron sin ningún cargo en su contra. ¡País!

             En el mesón el Reventador tomamos unos deliciosos jugos de diversas frutas. Este mesón es precioso, conteniendo diversos edificios ocultos entre la frondosidad del lugar. ¡Un paraíso en la tierra!

             Retomamos el camino y a las 13,30 paramos en un mesón de Lumbaqui, donde damos cuenta de una  buena comida, en la que no puede faltar el arroz. El coste total de esta comida es de 15 dólares en total para los 5 que hemos comido. ¡Estamos en un país diferente a España!

              A las 17 horas llegamos a Coca, tras 380 kilómetros recorridos con calma y muy buena compañía. Nos esperan en el Vicariato el obispo Monseñor Adalberto y un buen grupo de gente con la que compartí mucho hace 4 años.

            Hoy no dormiré en el que será mi dormitorio aquí. Cuando voy a recoger mis cosas para llevarlas al dormitorio que ocuparé por unos días, ha comenzado a caer una tromba tan impresionante de agua, que no he podido salir a la calle durante una hora.

             A las 6,30 cenamos con tres chicas argentinas, que están realizando voluntariado por un año, Iñaki e Isabel. Saludamos a un buen grupo, que ha venido a estar un rato con nosotros. Saludos llenos de cariño, que auguran un futuro feliz en esta tierra que tan generosa nos acoge.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario