sábado, 11 de septiembre de 2021

ADIOS EUROPA HOLA AMERICA 9 de septiembre del 2021 - Arantzazuko Amaren-Gipuzkoako zaindariaren jaia

     Comienzo este blog en el deseo de ir expresando en él, tanto las vivencias como los sentimientos que iré teniendo a lo largo de mi estancia en tierras de Ecuador. Mi deseo es que a lo que vaya escribiendo, vayan surgiendo aportaciones de parte de los que las leáis. Puede ser un buen modo de seguir relacionándonos desde la distancia física, que no afectiva. 

       Poco antes de las 7 de la mañana me levanto. Hoy he dormido por última vez, de momento, en la habitación que ocupé durante los 32 años de mi estancia en Bilbao. Comparto la oración de la mañana -Laudes- con Félix y Carlos -hermanos de la fraternidad de Otxarkoaga- y desayuno con Carlos. Ahora toca prepararlo todo y disponerme a realizar un viaje en avión desde el aeropuerto de Sondika al de Quito.

        Recibo mensajes preciosos de gente que me quiere y me desea un feliz viaje, manifestando su deseo de que pueda realizar mis objetivos en Ecuador. Me siento querido y acompañado.

        Después de llenar las maletas (2 de 23K. y una de 10, además de una pequeña mochila), -es claro que eso de ir ligero de equipaje es una entelequia en este caso. Ahora me dispongo a dejar esta casa que tantos recuerdos me aporta. Son ahora las 11 de la mañana. Me despido de Carlos y con Félix voy al aeropuerto. Félix siempre dispuesto a colaborar por el bien de los demás. Me despido de él con un sentimiento de agradecimiento fraterno. 

         En el aeropuerto me reúno con Iñaki, un vitoriano de 66 años, que deja mujer e hijos en Vitoria, y que por seis meses nos acompañará en Coca. Pasamos las maletas por las puertas de embarque, sin ningún problema. Tras un buen almuerzo, compartido por los cuatro, nos despedimos de Fran y Helena, que se han portado muy atentamente con nosotros. 

            Subo con Iñaki al avión que nos llevará hasta el aeropuerto de Barajas. Bajando del pequeño avión que nos ha traído hasta Barajas atravesamos el impresionante aeropuerto, lo que hacemos a lo largo de más de media hora y a buena marcha. La letra S, colocada en sendos paneles a lo largo del recorrido, nos va dirigiendo en nuestro caminar. Al fin llegamos al gran trasatlántico que nos llevará hasta Quito. A las 16,30 horas salimos de Barajas y a las 17,30 horas nos sirven una comida reparadora y que tras largos esfuerzos para que no cayese ninguno de los recipientes en los que se encontraba la frugal colación, damos buena cuenta de ella. Agradecimiento a la conciencia ecologista de los que han preparado la comida, pues la cantidad de elementos de plástico en los que se nos sirve es escasa. A las 18 horas se cierran todas las ventanillas del avión y se produce un ambiente de penumbra que durará casi todo el tiempo hasta el final del trayecto. Mucha gente ve las películas que se ofrecen en las pantallas adosadas en los respaldos de los asientos, pues no se puede hacer otra cosa que verlas o dejarse abrazar por los brazos de Morfeo. Yo he visto una película "El padre", con Anthonny Hopkins, que me ha impactado. Se pasa el tiempo con un cierto aplomo, que me recuerda a las horas pasadas atendiendo a personas enfermas en los hospitales, pues al mismo tiempo se va sintiendo un cierto cansancio y pesadez por tantas horas de viaje. Pero por encima de este cansancio está el gozo de llegar a Quito. 

            Con el final del día en España (24h), empezamos a sobrevolar el cielo de Venezuela. Son las 5 de la tarde ahora aquí. A las 5,30 h. nos dan una tarrina con un wrap de espinacas, atún y huevo y un trozo de bizcocho de chocolate, acompañados por una lata de cerveza que he pedido en ese momento.

            Llegamos a Quito a las 19 horas, 2 de la madrugada en España. Desde la salida de casa en Otxarkoaga hasta la llegada a Quito han pasado ya 15 horas. Hemos recorrido desde Madrid 8560 Kms, a una altura de 11.600 metros y a una velocidad de crucero de 960 km/h. 

            Tras pasar los diferentes controles y recoger las maletas, que son tratadas con muy poco cuidado, nos hemos encontrado con dos hermanos capuchinos ecuatorianos, Dick y Leandro, que nos han llevado hasta la curia (central) que tenemos los capuchinos en Quito. Hemos cenado y compartido con los 4 hermanos de la fraternidad. De esta manera hemos concluido este larguísimo día de 31 horas. 

        

                                    

                                    

No hay comentarios:

Publicar un comentario