domingo, 10 de diciembre de 2017

10 de diciembre.

A las 5,30h. toca el despertador y ya estoy despierto y dispuesto a descansar, haciendo mil cosas, a lo largo del día.
A las 6h. estamos reunidos los 4 de la comunidad en un rato de oración personal que terminará con el rezo de Laudes. Esta semana, la última mía aquí, me toca dirigir la liturgia.

A las 12,30h. me reuno en el Vicariato con Mari Carmen, Alfonso, Alberto y Charles (que se ha incorporado al Vicariato recientemente).

A las 16,30h. voy a la iglesia de Alejandro e Inés, así la ha bautizado Jesús, encargado de ella. Está enclavada en el barrio llamado Unión y Progreso, el más pobre de Coca.  Hoy no podía ir por tener que atender a Juan (misionero carmelita natural de Burgos) que hoy ha tenido una caída de una camioneta y se ha roto la pierna. Después de preparar las cosas de celebrar, he comenzado a las 17h. (hora establecida de comienzo, pero sigue funcionando la hora ecuatoriana: una hora es la establecida y otra la que la gente viene). Ha habido un grupito majo de gente atenta y participativa. Un grupo de niños no paraban quietos, pero están en la edad de moverse. Me he despedido de esta buena gente con un hasta pronto y he vuelto andando a casa.

A las 18,30h. hemos merendado los cuatro de la comunidad, con José Mari y Mateo. Hemos tenido una amena conversación.
Este es un pequeño grupo de los que han asistido a la eucarostía.
Los aterdeceres en Coca son como para no olvidarlos.




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