miércoles, 2 de agosto de 2017

1 de Agosto del 2017

Hoy ha sido un día tranquilo. He estado leyendo los dos tomos de la obra "Misión de Aguarico" de Miguel Angel Cabodevilla -capuchino que anduvo por estas tierras durante unos cuantos años y que ha escrito varias obras muy esclarecedoras de la historia y del hoy de esta tierra del Aguarico-. Merece la pena, si alguien desea venir alguna vez por aquí, que se las lea.

A las 19h. he ido con Mateo -hermano de la comunidad de Capuchinos de Coca- a la catedral. El objetivo era el de confesar a los que así lo deseasen. No iba muy animado para esta misión, la verdad, pero he vuelto con el ánimo elevado y el deseo de volver cuantas veces sea posible. Me he topado de frente con realidades que claman liberación a gritos: violencia de género, amores no correspondidos, infidelidades, alcoholismo (aquí le llaman estar pegadito al trago), inclinación desmedida entre los jóvenes a todo aparato eléctrico (consolas, ordenadores, tabletas,...). La disposición que tienen los habitantes de esta tierra a expresarse es mucha y su abrirse en sinceridad me parece que son características notables de estas gentes.

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