Ayer y hoy han sido días de atender a los progenitores de los niños y niñas que van a cursar este próximo curso 2017-2018. Es un trabajo que lleva mucho tiempo. Comenzamos a las 8 de la mañana y hasta bien pasadas las 12,30 (horas del almuerzo), es un continuo escribir datos, fijar fotos de carnet (aquí se llama cédula). Pero lo bonito del asunto de marras es que me ayuda a conocer a los niños y sus progenitores. Resulta interesante. Preguntando a los niños y jovencitos qué asignatura les gustaba más, me iba quedando boquiabierto, pues la mayoría decía que las Matemáticas. Hoy ha conocido al profesor de esta materia y me he quedado pensando ¡si hubiera tenido este profesor en mis estudios, seguro que no habría sufrido tanto! En fin, fueron otros tiempos y otros lugares.
Hoy he tenido un encuentro con un joven que pertenece al grupo de Renovación Carismática de la Diócesis y me he comprometido a tener un encuentro con ellos el próximo viernes.Nunca he estado en un grupo de estas características, pero no me quiero negar a ninguna experiencia que se me plantee realizar.
Hoy he merendado (cenado) con los hermanos Sádaba y un grupo de 9 personas (sacerdotes, religiosa y seglares) de la diócesis de Sucumbios, situada al Norte del Aguarico. Mañana se juntan en el Vicariato 90 personas provenientes de esta diócesis, con el fin de revisar y plantear con vistas al próximo curso, la pastoral a realizar a lo largo de dicho curso.Van a permanecer a lo largo de tres días entre nosotros. Esto me da una envidia grande. ¿En qué diócesis de la Península se hace esto? Yo no conozco algo tan precioso.
Esta es una parte del grupo que viene desde Sucumbíos a profundizar en la pastoral a realizar en su diócesis. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario