sábado, 12 de agosto de 2017

12 de Agosto del 2017

Hoy ha sido un día precioso. Por la mañana he ido con Jesús por la Via Auca, hasta el kilómetro 50. Allí está la fraternidad de Alejandro e Inés, formada por tres hermanos: Darwin, Txarli y Timoteo- que se encontraba de vacaciones-. Esta es una fraternidad enclavada en el lugar del que salieron, en su último viaje, Alejandro e Inés. Su objetivo era el de contactar con los Tagaeri y ponerles al corriente de que las compañías petroleras estaban entrando en zonas cercanas a las que ellos vivían.
Su final fue martirial, pero ellos habían expresado "si no vamos nosotros los matan a ellos". Estar aquí me deja un sentimiento de agradecimiento y recogimiento por la vida entregada de estos dos misioneros cuyo objetivo siempre había sido "buscar las semillas del Verbo presentes entre los Huao.
Camiones enormes transitan por carreteras muy estrechas, sobre todo en la gran cantidad de puentes que hay a lo largo del recorrido. La extracción del petróleo requiere de monstruos de este tipo.

A lo largo del recorrido se ven tubos que trasladan el petróleo desde Orellana hasta Esmeraldas. Son miles de kilómetros de tubos que trasladan el precioso líquido que tanta riqueza está suponiendo para este país.


Cuatro jóvenes expresan su deseo de abrazar la vida capuchina. Esperemos que se mantengan en fidelidad con este deseo. 
¡Oh sorpresa! Me había hecho la idea de que las piñas se producirían en árboles del tipo de las palmeras. Pues aquí está la señal de que es una planta rastrera la que las produce. 
Aquí nos hemos reunido un grupo de hermanos capuchinos y tres hermanas escolapias.  Hemos celebrado la renovación de sus votos de  cuatro post-novicios de la custodia de Ecuador. El lugar era muy adecuado para esta celebración. En una eucaristía, presidida por el hermano Dick, custodio de Ecuador han expresado estos hermanos su deseo de pertenecer a nuestra orden Capuchina.  
Este es el camino que sube de la casa de la fraternidad a la capilla. Los hermanos, después de un duro trabajo, colocando un buen número de piedras y haciendo una buena zanja a la derecha del camino, para el buen discurrir se las aguas, han logrado un bonito paseo, adornado de flores preciosas a la izquierda.
En primer plano el helipuerto del que partieron Inés y Alejandro. Al fondo la capilla de la comunidad.


Esta es una amplia panorámica de la selva observada desde el helipuerto. A la izquierda y a lo lejos se distingue una mancha diferente al bosque. Es la llama (mechero) que sale a la superfcie y que es producida por el gas que se desprende del petróleo

Después de compartir el almuerzo con los presentes, nos hemos despedido con el canto del Txoria Txori -que tanto ha gustado por aquí- y hemos ido hasta la fraternidad de Guayacan (hace referencia al árbol de madera muy clara y dura que se da en estas tierras). Aquí nos ha recibido el hermano Rodolfo Arteaga, muy majo. En esta fraternidad hay tres hermanos capuchinos que atienden pastoralmente a todas las comundades -72- repartidas desde el kilómetro 18 al 110 de la Vía Auca. La casa está rodeada de un precioso jardín en el que hay frutas de muchas clases, muchas desconocidas para mí.
   
 . En la fraternidad de Guayacan. De izquierda a derecha Rodolfo Arteaga, dos hermanas escolapias, Monseñor Jesús Esteban Sádaba y la superiora de las escolapias, natural de Bilbao.



Con el fin de visitar todas las comunidades de Via Auca, hemos llegado hasta la situada en el kilómetro 82, en la que vive una comunidad de religiosas de los Sagrados Corazones. Nos han recibido, muy amistosamente, Rocío y Blanca. Hemos tenido un encuentro muy agradable con ellas. De vuelta a casa nos ha caído una tromba impresionante de agua. En algunos momentos era imposible ver la carretera.
 

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