jueves, 2 de noviembre de 2017

1 de noviembre del 2017

Cosa curiosa: Hoy, día de todos los santos, no es fiesta en Ecuador y mañana, día de difuntos, sí.

A las 10 horas tomo un taxi hasta la terminal de autobuses y después, en bus, me voy a la Joya de los Sachas. Empieza a llover de tal manera, que es imposible ver nada en el recorrido. Los 35 kilómetros los recorremos en 40 minutos. ¿El coste de taxi y autobús? 4 $.

Llego a Sachas y me encuentro con una ciudad preciosa. Me gusta más que Coca. Pero no me encuentro con las monjas; si que estoy un momento con Jimmy, que me enseña la iglesia, muy bonita. Al rato aparecerá una de las monjas y ya voy con ella a su casa.

La casa donde viven las misioneras siervas del Divino Espíritu, orden religiosa surgida en Colombia. es muy sencilla y bonita. Hay unas cuantas órdenes religiosas aquí, que son desconocidas en nuestra tierra. Son cuatro religiosas jóvenes -para realizar la misión que realizan necesitan ser jóvenes- dos de ellas colombianas -Yolanda y Laidy- y dos ecuatorianas - Gloria y Digna-. Almuerzo con las ecuatorianas, pues las colmbianas están haciendo gestiones en Coca.

Después de una media hora de siesta, necesaria totalmente, salimos a las 14,30 horas con Gloria y Luis -un señor catequista y chofer avezado a andar por los lugares que vamos a recorrer, de Loja -al sur de Ecuador-. Nuestro objetivo es encontrarnos con dos comunidades, que viven en plena selva, y celebrar con ellas la eucaristía.

Los caminos que vamos recorriendo son de piedra y tierra prensada. el carro apenas puede pasar de los 10-15 kilómetros por hora. Los saltos que vamos dando en algunas ocasiones hacen que no sea necesario utilizar una cama elástica para ejercitarse en el dominio de los músculos de las piernas; aquí se te da todo empaquetado.

Llegamos, tras media hora de traqueteo, a la primera comunidad; se llama Nuevo Santo Domingo. Es una comunidad kitxua. Ha sido una celebración muy cercana, aunque ell@s no hablen mucho, pero están muy atent@s. Después, hemos ido a la comunidad de Brisas del Jivino -nombre precioso-, que es de colonos llegados de otras zonas del país. Estos hablaban un poco más, aunque tampoco se excedían en sus expresiones.

En esta zona de Sachas se encuentra  el núcleo urbano y 52 pequeñas comunidades repartidas por los alrededores y hay dos comunidades de religiosas, dos curas y un diácono para atender pastoralmente a todo este territorio de 1.200 kilómetros cuadrados y 40.000 habitantes en total.

A las 18,15 horas hemos emprendido el viaje de regreso a Sachas; a oscuras y con los baches producidos por la lluvia de la mañana, nos ha costado llegar a Sachas, pero ya lo hemos conseguido.

Después de merendar y saludar a catequistas de la comunidad, vuelvo a Coca en el carro de las hermanas, con Gloria y Digna. Ellas se quedan un rato con nosotros -Dick, José Mai y yo-. Son unas religiosas muy majas -aquí no se emplea esta  expresión- y he estado muy a gusto con ellas.


Esta flor tan preciosa puede verse muy pocos días al año 


Surge de este cactus y a los pocos días vuelve a quedarse escondida.
 
Así son las aulas de reuniones. Ella ss Digna, una de las religiosas.
Una visión parcial de la iglesia de la comunidad de Sachas.
Esta es la iglesia y parte de la comunidad de kitxwas de Nuevo Santo Domingo.
La iglesia n primer plano y casas de los habitantes de esta comunidad de Nuevo Santo Domingo.
Un grupito en la iglesia de Brisas del Jivino. 



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