domingo, 26 de noviembre de 2017

26 de noviembre

A la 7 de la mañana tenemos cita para celebrar la eucaristía en una bajera que se ha llenado de gente para cuando hemos llegado. Me siento a gusto en la celebración. Es una gente sencilla, que canta y responde como pueblo reunido en el nombre del Señor.

A las 8 presido de nuevo, con Paulino a mi lado, la eucaristía en la parroquia de al lado de casa, San Antonio de Padua.. La iglesia también se llena y la gente, más de la mitad son jóvenes de menos de 30 años, también tiene una actitud activa, participativa.

A las 10,30h. nos esperan en la iglesia de Mercedes de Jesús, que fundó la primera congregación de monjas ecuatorianas, las Marianitas, y que hoy es beata. Aquí he encontrado un ambiente más frío en la gente, quizá porque los cantos no eran secundados en general y la gente no participaba tanto.

A las 13 h. vamos Paulino y yo a almorzar en la casa de Dulce, una familia muy unida a la parroquia. Hemos vivido un ambiente de familia muy agradable con ellas. Los hombres estaban fuera.
Esta es parte de la gente que se ha reunido hoy para celebrar la eucaristía en el local dedicada a la Inmaculada Concepción.
La cita había sido a las 7 de la mañana.

A las 16,30h. me reuno con los 60 jóvenes que van a recibir el sacramento de la confirmación el 16 de diciembre. Son un grupo de 60 jóvenes de 17 y 18 años. Algunos de ellos muy inquietos, no se pueden mantener en calma, pero la mayoría están atentos. Creo que se puede hacer mucho con ellos, pero yo me voy mañana. Espero que Paulino lo consiga.
A las 19,30h. es la eucaristía última del día -la cuarta-, pero no me ha supuesto ningún cansancio. La iglesia de San Antonio de Padua a revosar y la gente muy atenta, participaba con ánimo. Mucha gente joven también aquí.

Así es la iglesia de San Anonio de Padua.

A las 21,30h. voy con Paulino a una casa situada en un barrio bastante pobre. A ella llegamos por un camino de piedras y tierra prensada. Allí nos encontramos con una señora postrada en el suelo sobre un colchón de goma espuma y cubierta con una especie de sábana. Está diciendo adiós a esta vida. Le rodean u  buen número de familiares, calculo unos 40. Celebro el sacramento de la Unción de los Enfermos y los presentes contestan con un sentido religioso palpable.  
  


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