jueves, 2 de noviembre de 2017

2 de noviembre del 2017

Hoy es fiesta aquí (día feriado le llaman).

A las 9 horas voy paseando por el malecón, viendo el río Napo y las barcas ancladas en él; me dirijo a la catedral en donde ni me imagino lo que me espera. En la sacristía me encuentro con una fila enorme de gente. Las dos religiosas, Emma y Doara, van apuntando los nombres de los familiares fallecidos. Un buen grupo de gente desea confesarse y atiendo a sus deseos.

La eucaristía comenzaba a las 10 horas, pero ha sido imposible hacerlo antes de las 10,30 horas. En ese intervalo, las dos monjas han ido desgranando un número interminable de los nombres que anteriormente habían apuntado. Así es la religiosidad de este pueblo ecuatoriano.

La eucaristía ha durado casi una hora, entre cantos y abrazos de paz. Aquí te vienen a abrazar mayores y niños, sobre todo estos últimos, les encanta.

Vuelvo despacio y  contemplando todo lo que encuentro a mi paso. Quería haber ido al cementerio, pero ya no he tenido tiempo, pues a las 12,30 horas almorzamos. Hoy nos toca en el Vicariato por ser fiesta.


En mi paseo he visto este rótulo y me ha llevado a preguntarme ¿Y esto?
Estos peces se llaman tilapias. Son peces de río y e una carne muy suave. Están vivos en esta especie de barreño.
A las 16 horas salgo de casa y me dirijo andando al cementerio. Aquí me encuentro con cantidad de tenderetes y uno de ellos es el de pastoral social de la diócesis. Hay mucha gente hoy día de difuntos
Coincide que estando allí llevan a enterrar a alguien y aprovecho para entrar en el cementerio. Allí me encuentro con algo inesperado: el suelo es de tierra, el desorden de la colocación de los nichos  y los materiales empleados para las tumbas son de una gran cantidad de materiales que no estoy acostumbrado a ver en un cementerio (baldosas, redes metálicas, inscripciones en las tumbas escritas a mano; en fin.
Algo que me ha llamado la atención de buena manera es que antes de enterrar al difunto, tres hombres, con sus respectivas guitarras, iban cantando canciones de despedida al difunto, con ritmo de rancheras, con letras de despedida muy curiosas.

Este es el gran puchero en el que se ha preparado la colada morada hecha de frutas diversas, maíz morado y frutas diversas. Se acompaña con un panecillo llamado guagua, con forma de niño recién nacido. 
Las que están detrás de mí son miembros de la pastoral social de la diócesis :Yolanda, María y Verónica -hermanas- y la
señora María, que lleva en Coca casi 50 años. 


Este es el cementerio en su parte exterior. En el centro de la imagen, y por la parte interior del cementerio aparece el féretro
y los acompañantes del difunto.
Una pequeña muestra de lo que es el cementerio de Coca.
Aquí aparece la tumba donde iba a ser enterrado el difunto y los tres guitarristas cantando al difunto

Otra parte del cementerio. La gente pasa horas e incluso el día entero junto a la tumba de sus seres queridos.
Es el final del día y el cielo expresa su adiós con estos tonos tan preciosos.
 
Otra parte del cementerio. Dos policías urbanos vigilan el lugar.
Ya se ha puesto el sol, a  las seis y pocos minutos, y la luna llena se muestra en todo su esplendor. 
Junto al cementerio hay una pista de deportes. A la izquierda, un joven arrastra una rueda con arneses puestos en sus
hombros. A la derecha, dos chicas y un chico llevan dando vueltas esta enorme rueda de camión.. 
Esta es la colada morada-a la derecha- y el guagua -a la izquierda.
 
 Para terminar el día, me reúno a las 19,30h con Carmen y Alfonso. Hoy, juves, como todos los jueves, hay sesión de cine en el MACCO y como siempre, gratis. La película que hemos visto ha sido Guantanamera. Una crítica divertida de la sociedad cubana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario