viernes, 10 de noviembre de 2017

10 de noviembre del 2017

Me levanto a las 4 horas y después de preparar mis cosas e ir a la cocina a desyunarme, vienen a acompañarme Frddy y Juan Carlos, que luego vendrán conmigo hasta el muelle en que toamré la barca que me llevará a Coca, otros 350 kilómetros, pero esta vez remontando el río Napo. Todo lo relatado a la llegada a Nuevo Rocafuerte se repite ahora también.

La barca parte a las 5,30 horas y el viaje ya no será de 8 sino de 10 horas. Pero a pesar de resultar cansado, merece la pena  por las vistas tan preciosas que se ven a uno y otro lado del río y en el mismo río también.
Son las 6 de la mañana y está amaneciendo. Hay quien desea dormir.
Esta señora se había acercado a nuestra barca para dejar a un familiar y vuelve a su comunidad.
Una de las comunidades que iremos viendo a lo largo del recorrido.
Cada cierto tiempo se ven grandes bancales de arena que va arrastrando el río.

A veces se hace muy difícil bajar de la comunidad al río, pero el que quiere peces...
Cada cierto tiempo vemos barcazas de este volumen que arrastran varios camiones.
La vida de estos árboles hace ya tiempo que terminó, pero ¿quién los mueve de ahí?
Cualquier lugar es bueno para dormir y la madre de este niño bien que lo sabe.
A las 19 horas voy al MACCO con José Mari, Alfonso y Mari Carmen. Hemos visto la actuación de un grupo de danza moderna de la Universidad de Ibarra y de una danzarina de la danza del vientre de Quito. Ha resultado un espetáculo bonito y además, por el módico precio de un dolar.

El grupo de la Universidad de Ibarra interpretan una parodia del Quijote

La danza del vientre interpretada con mucho arte.
 

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