miércoles, 8 de noviembre de 2017

8 de noviembre de 2017
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Y llegó el día que he estado retrasando por una razón o por otra.

Me levanto a las 4h y después de poner en orden mis cosas, a las 6h me desayuno. José Mari, siempre tan atento, me acompaña.

Salgo de casa a las 6,15 horas, voy tranquilo hasta el malecón y ya hay gente esperando a que sean las 7; a partir de esa hora iremos entrando en la barca que nos llevará a Nuevo Rocafuerte, en el límite con Perú.

A las 7,30 horas partimos- Lo que van viendo mis ojos y sintiendo mi corazón es inenarrable. Es la selva amazónica en todo su esplendor; un enorme río, el Napo y nosotros en una barca, repleta de gente, surcando hacia el sur. Son 350 kilómetros de río. ¡Y pensar que la selva ecuatoriana ocupa el 2% del total de la selva amazónica! ¡Y pensar que por tantos lugares la están matando!¡Desgraciaos! ¡Maldito dinero en manos de los de siempre!

El ruido del motor nos va acompañando en el recorrido, excepto cuando cada cierto tiempo se para; es señal de que a babor o a estribor una pequeña barquita se acerca para dejar o tomar pasajeros o se acerca a la orilla para realizar la misma operación. Pararemos en las comunidades de Tereré, Pañacocha, Samona (Ceibo), Chiro isla (isla de las oropéndolas), San Vicente, San Carlos y Tputini.

Cada cierto tiempo vamos viendo pequeños poblados, barcazas que llevan camiones o arrastran varios paneles de arena o grava; también vemos barcos enormes que llevan turistas a bordo.

A todo lo largo del recorrido nos va acompañando una suave brisa que hace que el calor, en un día bastante despejado, se convierta en un frescor muy agradable.

El banco corrido sobre el que va un cojín muy fino hace que después de un buen rato, no sepa dónde ni cómo colocarme.

En algunos lugares el río baña pequeñas islas de arena y se ven, por aquí y por allá, troncos de árboles que ya dijeron adiós hace tiempo a su vida terrena.

A las 11,15 horas llegamos a Pañacocha (laguna de pirañas). Es un poblado con varios restaurantes. Es parada obligada y aquí estaremos media hora. Viene muy bien esta parada. Lo que no resulta tan agradable es el ser visitados por toda clase de insectos que vienen a visitarnos.

A las 13 horas ha comenzado a llover. Hemos tenido que bajar los toldos de ambos lados de la barca y por consiguiente, hemos dejado de ver la maravilla de la selva. Pero hemos tenido suerte, sólo ha durado 15 minutos.

En algunos lugares los niños y niñas acuden a los centros escolares en pequeñas barcas; todos ellos uniformados con pantalón o falda gris clara y camisa blanca, formando una bella estampa.

Tanto en Coca, al salir, como en Tiputini, tenemos que presentar la cédula (DNI) o el pasaporte.

A las 15,30 horas llegamos a Nuevo Rocafuerte. El viaje ha durado 8 horas, pero ha sido rápido comparado con lo que normalmente suele durar.

Voy al hospìtal y allí me encuentro con Lorena y Venus, terciarias capuchinas muy majas; con ellas estoy un buen rato y Lorena me acompaña después hasta la casa de la comunidad capuchina. Aquí me encuentro con Gabriela, terciaria capuchina, Juan Carlos, José Miguel, Freddy y Guzmán, hermano franciscano, director del hospital que fundó el capuchino Manuel Amunárriz. Estamos en alegre conversación un buen rato y después del rezo de vísperas, nos ponemos a merendar en un buen ambiente fraterno.
Esta es la barca en la que vamos a navegar hoy. Primero se cargan los bultos y luego entraremos los pasajeros.  
Ya estamos dispuestos a zarpar rumbo a Nuevo Rocafuerte. 
Al fondo la gran selva amazónica.
Nos vamos acercando a un poblado.
A lo largo de todo el recorrido este será normalmente el fondo de pantalla que veremos
 

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