lunes, 23 de octubre de 2017

22 de octubre del 2017

Curiosamente, después de no haber llovido en toda la semana, hoy domingo vuelve a llover como el domingo pasado. Es una lluvia muy potente, el cielo descarga con fuerza litros y litros de agua, que no vendrán mal. En la selva son las hojas de los árboles las que dan vida, la tierra tiene poco humus.

Hoy me dedico a ordenar mi cuarto y mis cosas, que ya merecían un repaso.

A las 12,30 almorzamos los que estamos en el Vicariato con los dos obispos. Un buen grupo en un ambiente muy agradable y cercano.

A las 16,30h. voy a la catedral y antes y después de la eucaristía de las 17 horas confieso a varias mujeres. Siempre con problemas relacionales. La "atracción de la carne" me dice una de las señoras. En la eucaristía me he sentido muy a gusto.

De vuelta al Vicariato estoy un momento con las hermanas franciscanas y me despido de Evelyn, una novicia que para cuando yo vuelva de Quito ya se habrá despedido de su estancia de dos meses aquí. Una joven muy simpática.

Después de merendar (cenar), Alonso (aoizko que está unos meses por aquí) nos lleva a Txarli y a mí a la estación de autobuses. Nos esperan 7 horas de viaje para llegar a Quito. El viaje es un poco pesado, pero ya uno se hace a estas movidas.


Evelyn, la novicia, es la de la toca blanca. La de la izquierda se llama Derly y la de la derecha Francisca.


La de la derecha se llama Violeta

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