domingo, 1 de octubre de 2017

30 de septiembre del 2017

Llevábamos muchos días sin llover y esta noche, a partir de las 2, ha empezado a hacerlo como solo en Orellana he visto llover, ¡a cántaros! Y así ha seguido hasta las 12 del mediodía.¡Impresionante!

Continuamos con el encuentro de seglares capuchinos de Ecuador en el albergue Monseñor Labaka, para cuyos gastos han colaborado los gobiernos de Nafarroa y Bizkaia, así como la asociación Castilldeterra de Tudela. Es un centro muy bien construido, en un barrio llamado Unión y Progreso, de cuyas palabras sólo tiene la letra. Me recuerda a la Cañada Real de Madrid.

Aquí nos reunimos a las 7 de la mañana, para comenzar con un rato de oración y el desayuno. Pasamos después a ver las realidades de injusticia y sufrimiento que vemos en los diferentes lugares de los que venimos (Gayaquil, Portoviejo, Quito y Orellana). Son un buen número y de difícil solución. Veamos pues: Vicios, drogadicciones diversas, alcoholismo, delincuencia, pandillas, inseguiridad,  sicariato (asesinos a sueldo), personas desaparecidas, falta de trabajo, contaminación por el petróleo, aguas contaminadas), embarazos precoces, violaciones, infidelidad en los matrimonios, feminicidios, violencia intrafamiliar, divorcios, prostitución de muchachas nativas (especialmente kichwas), pornografía infantil, accidentes de motos y carros (por no respetar las normas de la circulación, irresponsabilidad), homicidios, suicidios especialmente juveniles), pérdida de culturas autóctonas (kichwa, shwar y otras)  consumismo, indiferencia espiritual, mucha sacramentalización y poco compromiso social.

Dedicamos a continuación un amplio espacio a las personas de Inés Arango y Alejandro Labaka; nos hablaron de ellos la hermana Mediadora (terciaria capuchina, que nos habló sobre Inés) y el sacerdote diocesano Nelson Pinza (que lo hizo sobre Alejandro Labaka). Para completar estas preciosas exposiciones, vimos una película, realizada hace poco tiempo, sobre la persona de Alejandro Labaka.

Tras el almuerzo, tuvimos un encuentro con Jesús García, que es el capuchio dedicado a este barrio de Unión y Progreso. A continuación nos dividimos en grupos de 3 y fuimos recorriendo el barrio y tomando contacto con las diversas familias que en él habitan. Había familias de diversas iglesias protestantes, pero la mayoría eran católicas. Unas y otras nos recibían con mucha amabilidad y nos resultaba muy fácil establecer relación con ellas. El barrio está formado por unas cuantas casas, esparcidas por aquí y por allá, muchas de ellas de madera, y para llegar a la entrad de algunas de ellas teníamos que hacer ejercicios de una cierta presteza, pues nos encontrábamos con lagunas formadas por el agua caída por la mañana, baches de cierta consideración; en fin, caminábamos con basta dificultad.

Después de la merienda, acá llaman refrigerio, fuimos al MACCO (museo de la ciudad)  y fuimos viendo las diversas salas donde están muy bellamente expuestas las distintas piezas de cerámica, sobre todo vasijas en las que eran enterrados los fallecidos. Recordaba la canción "Vasija de barro". Fueron especialmente  los capuchinos que recorrieron estos lugares en misión  durante muchos años, los que fueron recopilando estas piezas y después las donaron a la municipalidad del COCA, al servicio de todo el mundo. Todos los últimos sábados de mes se hace una representación teatral en recuerdo de la vida y muerte de los Omaguas, los primeros pobladores de estas tierras.

A la vuelta del museo, y después de merendar (cenar), hicimos una velada en la que hubo cantos y representaciones teatrales realizadas por los diversos grupos presentes en el encuentro.
Aquí podéis ver vasijas, jarras, cuencos de la cultura Omagua
Estos elementos se utilizaban  para dar colorido a los diversos  trabajos de  cerámica que iban realizando
Otro de los  lugares del museo, realmente interesante.
En la obra teatral intervienen tres mujeres y un hombre. A la izquierda se ve una expresión geográfica de la zona donde vivían los Omaguas
Estábamos preparándonos para realizar un concurso de baile, que resultó muy animado.
Fuimos a las casas de tres en tres y la verdad, me tocó la mejor  parte en el reparto.  La casa del fondo es toda ella de madera y se apoya sobre bloques de madera que la aislan del suelo
 

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