sábado, 7 de octubre de 2017

5 de octubre del 2017

Nos reunimos en la sala del Vicariato para celebrar la eucaristía. Es la última eucaristía que preside el actual obispo del Vicariato, Monseñor Jesús Esteban Sádaba. Le hemos agradecido sus 27 años de dedicación al Vicariato, agradecimiento bien merecido.

Tras desayunarnos, hemos empezado, por equipos, a realizar los preparativos de la gran fiesta que mañana vamos a vivir en el Vicariato. Es precioso el ver a todos los misioneros y misioneras implicados en hacer posible que todo salga a la mayor perfección.

Por la tarde nos hemos dedicado a poner a punto el coliseo donde se celebrará mañana la ordenación de obispo de Adalberto, que hasta ahora había sido el custodio de los capuchinos de Ecuador. También aquí nos ha tocado sudar la gota gorda, pues poner 600 sillas después de barrer todo el local y poner unas telas de 40 metros colgando del techo no es cualquier cosa. Pero ahí hemos estado.

A las 6 de la tarde nos hemos citado en la catedral, donde el que va a ser ordenado obispo mañana, ha realizado el juramento de fidelidad a la Sede Apostólica. Ha sido una celebración sencilla pero entrañable. La ha presidido el Nuncio en el Ecuador, Monseñor Andrés Carrascosa, natural de Segovia; un hombre cercano y de una gran sencillez.

Van llegando gentes de diversas zonas de Manabí, pues Adalberto es manabita, de muy cerca de Portoviejo; también ha llegado otro obispo capuchino, desde Chile.
Este era el centro  que preparamos para la celebración de la eucaristía
Montamos,entre otros, este panel en el que se muestran escenas de la vida y muerte de Inés y Alejandro.
Este es el panel que se montó en el que iba a ser uno de los comedores. A la izquierda, una de las artistas, religiosa franciscana que vive en Sachas, la otra población grande del Vicariato de Aguarico.
Nuestros queridos Alejandro e Inés no podían estar ausentes en nuestra gran fiesta.
Empezamos a actuar en el coliseo. Todos a una y dispuestos a actuar para que todo salga bien.
Las sillas ya se han colocado, toca limpiar el polvo. Las telas ya se van colocando. Ya vamos adelantando la labor.
Esta es la imagen de la Madre del Divino Pastor. Suele estar en Nuevo Rocafuerte, de donde solo se puede venir en barca y así vino, después de 10 hora de viaje, pagando billete como un pasajero más y con chaleco salvavidas, como uno de tantos.
El que será nombrado obispo mañana, emite su juramento de fidelidad a la Sede Apostólica en la catedral de Coca. 


 

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