24 de octubre del 2017

EStoy en la zona norte de Quito, en la curia de los Capuchinos, mis hermanos. La  mañana la dedico a leer el libro "Patria" que me regalaron mis amigos de Santutxu. Me resulta interesante, un fiel reflejo de lo que hemos vivido en Euskal Herria durante tantos años. Excesivo en sus expresiones en algunos momentos, pero así somos los vascos.

A las 12 horas almuerzo (como) con Darwin. La cocinera del convento, señora María, se porta con todo detalle hacia nosotros. Así es la gente de este país, ¡preciosa!

Tomamos un bus que nos llevará hasta el centro de la ciudad (por 12 centavos de dólar -en mi caso pago la mitad, por ser jubilado-). En el bus dialogamos con una joven que nos dice, entre otras cosas, que su padre vive en Pamplona, como tantos ecuatorianos que han llegado hasta nuestra tierra vasca.

Vamos caminando por las calles cargadas de historia del centro de Quito. Darwin me avisa que nos vamos a mojar. Al momento, y de nuevo de una manera estruendosa, como ya me he acostumbrado a ello en este país, cae tal trombra de agua que nos guarecemos en una farmacia que encontramos en el camino. Como aquí no hay ni puertas ni paredes en los centros comerciales, es muy fácil entrar en ellos. Ahí estamos un buen rato, hasta que decidimos tomar un taxi, que después de un buen rato y de cobrarnos 1,50 dólares, nos dejará en la plaza de San Francisco.

Entro, con dos hermanas franciscanas, a la iglesia de San Francisco, cargada de historia y de leyenda, con un precioso artesonado en su techo y un precioso órgano. Los hermanos menores llevan muchos siglos aquí y se nota en el buen número de edificios y claustros que forman el conjunto de lo que es el convento. En uno de rialos claustros vemos una exposición con paneles que hacen referencia a la historia de la ONU y a la implicación de Ecuador en esta organización. ¡Interesante!

Tras subir por unas escaleras en forma de caracol que rezuman historia en sus peldaños, subimos al lugar donde vamos a tener la segunda jornada del encuentro de Justicia y Paz y salvaguarda de la creación. Comenzamos con canciones que me sitúan más en una sala de fiestas que en un ambiente de oración; en fin, no entiendo algunas cosas, pero la tarde ha estado muy bien en los temas tratados.

Tras la conclusión del encuentro de hoy, nos hemos juntado un grupo de cuatro religiosas (de Honduras, Colombia y Ecuador) y tres capuchinos (de El Salvador, Ecuador y yo). Hemos ido dando una vuelta por las calles del centro de la ciudad y en una de ellas, de cuyo nombre no me acuerdo, llena de restaurantes en cuyas entradas había empleados que te invitaban a entrar, al final hemos entrado en uno de ellos. Hemos estado un  buen rato, tomando colada morada y canelazo, acompañadas con empanada de morocho, haba, choclo y queso y empanadas de viento. El ambiente era muy bueno y cada cual cantó una canción de su tierra; yo canté la de siempre, "txoria txori".

Eran ya las 8 de la noche, hora de irse retirando a casa. vamos a tomar el trolebús y en el camino vemos a varios jóvenes que van tomando posiciones para pasar la noche después de haberse "colocado" suficientemente bien.

Tomamos el trole (nuevamente 12 centavos). Es un vehículo moderno que atraviesa una gran avenida y al bajar en la última parada deberemos tomar un bus (este es gratuito) que nos llevará hasta la zona norte de Quito. Después de bajar, nos tocará subir la cuesta, una de las muchas que hay en la ciudad.
Así termina  nuestra jornada de hoy.


A mis espaldas la zona alta de la ciudad. Si estamos aquí a 2.800 metros, estarán a más de 3000.

Las dos religiosas franciscanas con las que me encuentro son peruanas. Han entrado este año en su orden. La vida religiosa en estas tierras presenta un rostro muy joven.

Estamos en la plaza de San Francisco

Estamos ante el altar y retablo de la iglesia de San Francisco.

Contemplamos la preciosa bóveda de la iglesia de San Francisco.

La hermana Ena natural de Honduras pero realiza su misión en Guatemala. Realizo una exposición
muy profunda. Los iconos de Francisco y Clara nos presiden.

Este cartel refleja lo que queremos reflexionar en este encuentro.



Un ejemplo claro de lo que llovía en el centro de Quito

Plaza e iglesia de Santo Domingo.

Una de las callejas llenas de historia en esta bella ciudad. Un momento que expresa la alegría

que siento en este momento.