viernes, 27 de octubre de 2017

27 de octubre del 2017

Bajamos a la comunidad de las Terciarias Capuchinas los alojados en la Curia de los Capuchinos. Nos reunimos un  buen grupo de religiosas y religiosos de diversos países de América Latina y yo. Después, nos hemos desayunado con un desayuno de Honduras, preparado por la hermana Ena. Todo ello en un ambiente muy fraterno, adobado con tomaduras de pelo muy agradables.

Parte del grupo  en la celebración de la eucaristía.
En la preparación del desayuno 
El grupo después de haber dado cuenta de un bue  desayuno.
Desde la tercera planta del convento se ve parte de Quito. Al fondo el volcán Chimborazo bajo las nubes.

He almorzado con Mario y estaba dispuesto a llevarme hasta la plaza de San Francisco, pero se ha ido la luz y la puerta para poder salir del convento se mueve con un sistema eléctrico; ha sido imposible por tanto sacar el carro y he tenido que ir en bus y trolebús. Por el módico precio de 12 centavos he recorrido un montón de kilómetros. El trole estaba a rebosar. Nunca he ido de una forma tan apretada en un vehículo, que además era articulado; pero Quito tiene 2.200.000 habitantes, contando su extrarradio. Al fin ya he llegado al encuentro que hemos tenido hoy. Hemos contado con la actuación musical de Juan Morales, cantautor ecuatoriano que me ha gustado mucho y hemos realizado una imagen preciosa, un mandala, con nuestros dedos y manos y bordeado con las iniciales de las diversas órdenes religiosas a las que pertenecemos.


  

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